"No busques perlas en un balde de agua.
Has de sumergirte en el profundo océano para encontrarlas"
Mawlânâ Rûmî (m. 1273)
Las perlas habitan en los fondos del océano, como la sabiduría en los textos de los grandes maestros del camino interior.
No pierdas el tiempo, pues, removiendo las aguas insalubres de esos baldes de plástico y colores artificiales que se te ofrecen en cada esquina, ya que en ellos hay menos que nada. Y no te engañes pensando que se comienza por dichos cubos de agua para saltar después al océano, porque eso es una falacia. El agua estancada de los cubos anulará tu capacidad de distinguir entre lo que es y lo que no es, entre las perlas y las baratijas.
No pienses que todo vale o que todo ayuda o que todo sirve. En el camino interior, sólo aprovecha la luz. Por consiguiente, que sepas que todo aquello que no ilumine, ensombrece. Así pues, no pierdas el tiempo en naderías, ya que... ¡no tienes toda la vida por delante!
No pienses que todo vale o que todo ayuda o que todo sirve. En el camino interior, sólo aprovecha la luz. Por consiguiente, que sepas que todo aquello que no ilumine, ensombrece. Así pues, no pierdas el tiempo en naderías, ya que... ¡no tienes toda la vida por delante!
No malgastes esfuerzos inútilmente y sumérgete ya, de cabeza y sin condiciones, en el océano de los grandes maestros del espíritu, pues sólo allí habitan las perlas, perlas de sabiduría.
Cuando lo hagas, verás si no, te sonrojarás de los cubos de agua. ¿Acaso ilumina igual el sol que un fosforo?
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