viernes, 24 de julio de 2009
Conocer
No hay nada más cercano a ti que tú mismo. Si no te conoces a ti mismo, ¿cómo conocerás a los demás? Podrás decir: "Me conozco," pero estarás equivocado… Lo único que conoces de tu ser es tu apariencia externa. Lo único que conoces de tu interior (Batin, tu inconsciente) es que cuando tienes hambre, comes; cuando estás enojado, peleas y cuando estás consumido por la pasión haces el amor.
En este sentido eres igual a cualquier animal. Debes buscar la realidad en tu interior… ¿Qué eres? ¿De dónde has venido y hacia dónde vas? ¿Cuál es tu papel en el mundo? ¿Por qué has sido creado? ¿En qué consiste tu felicidad? Si quieres conocerte debieras saber que estás formado por dos partes: una es tu apariencia externa (Zahir) que puedes ver con tus ojos. La otra son tus fuerzas internas (Batin). Esta es la parte que no puedes ver, pero que puedes conocer mediante tu discernimiento. La realidad de tu existencia está en tu interioridad –o naturaleza intrínseca—(Batin, inconsciente). Todo opera como un sirviente de tu corazón interior.
(Al-Ghazali: La alquimia de la felicidad)
En el Sufismo, "el conocer" puede ordenarse en siete etapas. Estas etapas ofrecen una visión amplia y comprensiva de las diversas facultades de conocimiento entre las cuales el corazón abarca el sexto nivel de conocimiento:
1.- Oír respecto de algo, conociendo su denominación. "Alguien que ha aprendido a tocar un instrumento musical es un músico."
2.- Conocer mediante la percepción de los sentidos. "He visto a un músico y he oído música."
3.- Conocer "acerca" de algo. "He leído algunos libros acerca de música y de músicos."
4.- Conocer a través de la acción o de ser algo. "Tomé clases de piano y me convertí en músico."
5.- Conocer mediante la comprensión y ser capaz de aplicar dicha comprensión. "Soy músico."
6.- Conocer a través de las facultades subconscientes del corazón. "Cuando toco, toco desde el corazón y no sólo las notas escritas en la partitura."
7.- Conocer mediante el Espíritu solamente. Esto es mucho más difícil de describir y tal vez temerario intentarlo, pero en el momento en que toda separación se disuelve, no hay nada que no pueda ser conocido. En este estado, uno tiene una especie de omnisciencia, de menos al grado de que si hay una necesidad y se encuentra con la pregunta correcta, uno puede acceder cualquier conocimiento porque uno está unificado con la Totalidad.
El mundo exterior de la existencia física es percibido mediante los sentidos físicos, a través de un sistema nervioso que ha sido refinado y purificado por la naturaleza a través de millones de años. No podemos sino observar con esta habilidad perceptiva del cuerpo.
Por otro lado, el misterio del mundo interior es percibido mediante sentidos aún más sutiles. Son estos sentidos los que nos permiten experimentar cualidades tales como anhelo, esperanza e intimidad, o percibir significados y belleza, y conocer nuestra situación en el universo.
Cuando nuestra atención se aparta de los sentidos físicos y del campo de los pensamientos convencionales y emociones, podemos descubrir nuestra capacidad para captar un mundo interior de cualidades espirituales, independiente del mundo externo.
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