El Sufismo es la ciencia del ego, nafs, una ciencia tremendamente depurada, porque la tarea es que el ego tiene que someterse al espíritu y obedecerle. Con el ego se puede trabajar, pero no con el espíritu. Al espíritu hay que liberarle de la esclavitud del ego, porque es el ego con su tiranía el que debe claudicar frente al espíritu. Esto lo podemos ilustrar con la metáfora del potro, la carreta y el cochero. El ego, nafs, es el potro salvaje que hay que amaestrar; elcochero es la conciencia, es decir, el corazón, el espíritu; la carreta es el cuerpo.
El ego o yo experimentador tiene que estar al servicio del corazón, ya que es el corazón el que debe manejar las riendas del potro indómito. Sólo siendo testigos responsables y dueños de nuestros actos, la carreta(cuerpo) no sufrirá grandes daños y la mercancía –la joya del espíritu–llegará a buen puerto. Ser dueño de uno y con el rostro vuelto a Allah es ser libre, justo y conocedor de los secretos de la vida. Vivir el presente y cultivar los rosales que hay en nuestro jardín es cumplir nuestro objetivo. Lo que cuenta en cada instante de la vida es llegar a ser en cada instante.
El ego o yo experimentador tiene que estar al servicio del corazón, ya que es el corazón el que debe manejar las riendas del potro indómito. Sólo siendo testigos responsables y dueños de nuestros actos, la carreta(cuerpo) no sufrirá grandes daños y la mercancía –la joya del espíritu–llegará a buen puerto. Ser dueño de uno y con el rostro vuelto a Allah es ser libre, justo y conocedor de los secretos de la vida. Vivir el presente y cultivar los rosales que hay en nuestro jardín es cumplir nuestro objetivo. Lo que cuenta en cada instante de la vida es llegar a ser en cada instante.
Gracias por tus interesantes y sabios post, ya los esperaba.
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