Si te olvidas de la verdad y no la aplicas en tu vida abandonarás el camino tarde y temprano, porque olvidar la verdad demuestra falta de confianza en Allah y falta de la paz que trae consigo la satisfacción con la suerte que le ha tocado a uno mismo. Confianza en Allah demuestra tu conocimiento de que tu eres incapaz de hacer algo por ti mismo y de que sabes muy poco. Por ello eres humilde y cuentas con El, el Todopoderoso y Conocedor de Todo. Eso te dará paz en el corazón.
La parte dañina de tu ego quizás te diga: “Entonces quédate sentado donde estás y deja que El te alimente”. Pensar de este modo es ilícito. Témelo porque es un pecado. No escuches a tu ego, a pesar de que te tengas que ocupar de sus necesidades.
En esta vida tendrás que estar con otros que te empujan al igual que tu ego te empuja y habrá gente poderosa entre ellos. Intenta estar con aquellos que conoces, porque en esta vida es difícil saber quien es un forastero y quien un nativo. No te quedes en ningún sitio. Sigue moviéndote. No intentes conocer a nadie ni dejes que nadie te conozca. Cuando encuentres a alguien insinúa que está cerca de ti o merodea alrededor tuyo y te trae cosas, tu ego dirá: “Es Allah quien ha hecho que esa persona se de cuenta de tu necesidad y le ha puesto esta generosidad en el corazón”. No aceptes lo que te traiga. Si aceptaste algo, devuélvelo, porque aquella persona te había estado observando e intentó comprarte satisfaciendo las necesidades de tu ego, no tus necesidades verdaderas. Esto no es sustento procedente de Allah. Aunque estés a punto de morir, no aceptes ese tipo de regalo.
Si te traen algo inesperado e indeseado, obsérvate a ti mismo detenidamente -¿Qué es lo que tienes y lo que te falta?. Si no sientes presión o incomodidad al aceptarlo y si es lícito, toma lo mínimo que te haga falta y devuelve el resto. De todos modos, no te quedes más en aquel sitio. Si resulta que el que te haya traído el regalo es de entre los ricos y poderosos y que insiste en que te quedes, vete. Si te indica lugares de adoración donde podrías ir en países donde el tiene contactos e influencia, no hace falta que lo rechaces.
Todos estos ejercicios reforzarán la verdad en ti. Y que sepas: Si no sigues este consejo te estarás tiranizando a ti mismo.
No escuches lo que diga el “Sufi” ocioso que está sentado, no hace nada y dice: “Mi Señor me basta”, porque está sufriendo todo lo que yo te acabo de prevenir. No seas ocioso, porque el sustento mejor y más lícito es el que viene de Allah y es el que te ganas con tus propias manos.
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