"Se"
dijo El, y el mundo llegó a la existencia.
Si dijera:
"No seas!" todo volvería a desaparecer.
El nos creo de
una gota de agua, nos dio ojos para ver y oídos para oír así como nos dotó del
poder de reflexión, la capacidad para comprender. No son precisamente cosas de
poca importancia, no obstante somos desagradecidos y no las valoramos.
En el mejor de
los casos nuestra actitud es muy insignificante. La verdadera gratitud por esas
recompensas que hemos recibido no consiste en pronunciar la expresión "Gracias,
oh Señor", porque así como decir simplemente la palabra "pan" no
llena el estómago, la expresión "gracias oh Señor" es una
expresión ritual y no constituye una gratitud real hacia Allah. El cuerpo le
muestra su gratitud a Allah parándose, inclinándose y postrándose en la
oración, glorificando y proclamando Su Singularidad y Unicidad, postrando su
rostro en el polvo en reconocimiento a su servidumbre e impotencia ante el
Señor de Todos los Mundos. Mostramos gratitud por el ojo que nos ha sido dado
no viendo otra cosa más que la Verdad, mirando todo con la intención de
aprender alguna lección. En el caso del oído, gratitud significa escuchar la
palabra de Dios y prestar siempre atención al motivo del habla en vez de al
orador, quienquiera que sea. La gratitud por la belleza se muestra preservando
la propia decencia y virtud. Para cada don que recibimos hay una expresión de
gratitud adecuada. Si es material, gastándola sabiamente. Si es conocimiento,
dando enseñanza e instrucción. Si es cargo y rango, actuando con justicia y
consiguiendo la restitución para la víctima de parte de su opresor. A menos que
demostremos nuestra gratitud de esa manera, los dones que recibimos se
transformarán en desgracias. Cuando nos llamen a rendir cuentas, tendremos que
pagar la penalidad por nuestra ingratitud..(.)
Fragmento del libro Irshad - Sheikh Muzaffer Ozak (kf)
No hay comentarios:
Publicar un comentario