Que tu corazón anhele al Señor, como el avaro desea el oro.
Como aquel que se está ahogando ansía desesperadamente el aire, así tu corazón debe anhelar al Señor antes de encontrarlo.
"Un día, Hz. Isa (Jesús) caminaba a la orilla del mar. Se le acercó un devoto y le preguntó: Señor, ¿cómo puedo hallar a Dios? Hz. Isa avanzó en el mar con el devoto y lo sumergió en el agua. Después de un rato lo soltó y levantándolo de un brazo le preguntó: ¿Cómo te sentiste debajo del agua?
El devoto contestó: Sentí como si mi último momento hubiera llegado; mi condición era desesperada.
Entonces Isa le dijo: Verás a Dios cuando tu corazón llegue a anhelarlo con la misma intensidad con que deseabas un poco de aire hace un momento."
"Un día, Hz. Isa (Jesús) caminaba a la orilla del mar. Se le acercó un devoto y le preguntó: Señor, ¿cómo puedo hallar a Dios? Hz. Isa avanzó en el mar con el devoto y lo sumergió en el agua. Después de un rato lo soltó y levantándolo de un brazo le preguntó: ¿Cómo te sentiste debajo del agua?
El devoto contestó: Sentí como si mi último momento hubiera llegado; mi condición era desesperada.
Entonces Isa le dijo: Verás a Dios cuando tu corazón llegue a anhelarlo con la misma intensidad con que deseabas un poco de aire hace un momento."
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