Ensordecido por
la voz del deseo,
no te das cuenta
que el amado
vive en el centro
mismo de tu corazón.
Detén todo el
ruido
y escucharas su
voz
en el silencio
absoluto.
Deja que hable,
aquel que crea las palabras.
El creo la
puerta, creo el candado,
y
creo también la llave.
Los amantes no
llegan a conocerse
Están
entrelazados desde siempre.
Hz. Rumi
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