El corazón
es un templo que Dios ha colocado en todos, un templo que alberga la chispa
Divina dentro de nosotros. En un dicho muy amado por los sufíes, Dios revela:
"Yo, que no puedo encajar en todos los cielos y tierras, encajo en el
corazón del creyente sincero". Por lo tanto, este templo dentro de cada
uno de nosotros es más precioso que los santuarios y templos más sagrados de la
tierra. Los templos terrenales fueron construidos por grandes santos y
profetas, pero el templo del corazón fue construido por Dios para albergar a
Dios.
Muchos de
nosotros hemos descuidado el templo del corazón. También hemos permitido en
nuestros corazones la adoración de ídolos. Por ídolos me refiero a las cosas
efímeras de este mundo. Hemos venerado la fama, el dinero y el poder del éxito
mundial y nos hemos dedicado a tener hambre por ellos y perseguirlos. La
mayoría de nosotros hemos dedicado mucho más tiempo a estos objetivos mundanos
que a buscar a Dios o buscar la transformación personal. Una de las prácticas
fundamentales del sufismo es repetir la frase: la ilaha illallah "No hay
dioses sino Dios".
Un nivel de significado de esta frase sagrada es: "No hay nada digno de adoración sino Dios". La disciplina del sufismo incluye la limpieza de nuestros corazones de los ídolos que hemos consagrado allí, convirtiéndolos en templos apropiados para la presencia de Dios.
Un nivel de significado de esta frase sagrada es: "No hay nada digno de adoración sino Dios". La disciplina del sufismo incluye la limpieza de nuestros corazones de los ídolos que hemos consagrado allí, convirtiéndolos en templos apropiados para la presencia de Dios.
Mi maestro
sufí enseñó que el objetivo del sufismo
es desarrollar corazones que puedan orar. Cualquiera puede aprender las
formas externas de adoración, pero es mucho más difícil enseñarle a nuestros
corazones a orar. El exterior siempre es más fácil que el interior. Por
ejemplo, no es difícil limpiar nuestros exteriores bañándonos y poniéndonos
ropa limpia, pero puede ser muy difícil limpiar nuestro interior. A través de
la práctica sincera y paciente de la adoración, el servicio y otros ejercicios
espirituales, el corazón se purifica y expande.
En la
tradición del yoga Kundalini, el corazón se describe a menudo como el mediador
entre los tres chakras inferiores y los tres chakras superiores. Si se abre el
corazón, la energía no permanecerá atrapada en los chakras inferiores. El
corazón ayuda a atraer la energía hacia arriba, activando los chakras
superiores, más espirituales.
En la
tradición sufí, el corazón se ve como un mediador entre las influencias
externas del mundo y las influencias espirituales dentro de nosotros. Si
nuestro orgullo, avaricia y otras tendencias negativas se involucran con las
cosas del mundo, emiten una especie de calor y humo que nos distrae y oculta la
luz espiritual del corazón. Cuanto más nos abrimos a esa luz interna, más
podemos ver claramente nuestras propias tendencias negativas, y también, cuanto
más fortalecemos nuestras tendencias positivas y espirituales.
-Sheikh Ragip (Dr. Robert Frager)
Excelente artículo
ResponderEliminar