La cura para la arrogancia es recordar que tu comienzo vino de una gota de semen de tu padre y un óvulo en el vientre de tu madre, y que en tu final serás un cadáver que se volverá polvo. La belleza, la fuerza y la inteligencia pronto se reducirán y desaparecerán. Toda su fortuna, propiedades, reputación y amigos serán excluidos cuando sea bajado solo a su tumba. Sus oraciones, piedad y buenas obras, si se realizan para impresionar a los demás, se evaporarán y, lo que es peor, se volverán en su contra.
Date cuenta de que todo lo que tienes, incluido tu cuerpo y tu vida, no es tuyo, sino que te lo ha prestado tu Creador. Tus acciones también son Suyas si son buenas, y cuando son malas, eres tú quien te tiraniza. Ofrece gracias por todo y siente vergüenza por tus malas acciones, entonces serás humilde. La caída del que está bajo es mucho menos dolorosa que la que cae desde lo alto.
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