jueves, 8 de octubre de 2009

La Voluntad de Dios



¿Como podemos saber lo que Dios quiere?
¿Por qué el hijo no se comporta como el padre? ¿Por qué somos un desastre? Pues, tú sabes. En lugar de seguir Su ejemplo andamos por otro rumbo buscando nuestra propia individualidad.

Queremos hacer nuestra propia vida, nuestra propia identidad, nuestro propio destino. Y por eso nuestra realidad se encuentra enterrada bajo un montón de basura – fantasías e imaginación, miedos y deseos, engaños y decepciones.
Hemos construido un infierno y entonces culpamos a todo mundo menos a nosotros mismos, hasta a Dios mismo culpamos. Entonces, ¿qué hacemos? Queremos salir del infierno, pero ¿cómo? Una vez que nos damos cuenta de que algo está mal, ¿qué? Ya estamos cubiertos bajo un motón de engaños – es decir, la realidad de quien somos está tan oculta que no sabemos que es real y que es falso.

Cuando nos damos cuenta de eso ya hemos empezado la lucha. Alhamdullilah (alabado sea Dios).
Da gracias a Allah por saber que algo está mal porque el 98% de la gente ni sabe eso.
Casi todos andan dormidos – sonámbulos.

¿Contra Quién es la Batalla?


La verdadera Yijad, la Yijad-al-Akbar (la gran lucha) se realiza dentro de nosotros mismos. No es contra el otro, aunque piense distinto o sea distinto o actúe diferente. Es la lucha para encontrarnos a nosotros mismos . Un guerrero sabe que para ganar la batalla se debe conocer al enemigo. ¿Contra quién estás peleando?

Solo cuando conoces bien a tu enemigo le puedes vencer. Nuestro enemigo somos nosotros mismos.

El nafs (el ser terrenal o ser bajo, la personalidad falsa) que hemos fabricado con el miedo, la arrogancia, la avaricia y el enojo. Sabiendo que hay algo mal, pasamos al segundo paso – vigilancia y la compilación de información y conocimiento acerca del enemigo. Debemos empezar por un programa de auto vigilancia continua. ¿Quién eres? ¿quién crees que eres? ¿quién pretendes ser? ¿qué mascaras traes y por qué? ¿qué te hace mover, actuar, reaccionar...hacer? ¿estás haciendo o reaccionando? ¿por qué quieres lo que quieres? El Sufismo es la esencia de la religión. Islam significa Sumisión a Dios. El Sufismo guía al practicante a la realidad de eso.

Buscando Perlas



"No busques perlas en un balde de agua.
Has de sumergirte en el profundo océano para encontrarlas"

Mawlânâ Rûmî (m. 1273)

Las perlas habitan en los fondos del océano, como la sabiduría en los textos de los grandes maestros del camino interior. 
No pierdas el tiempo, pues, removiendo las aguas insalubres de esos baldes de plástico y colores artificiales que se te ofrecen en cada esquina, ya que en ellos hay menos que nada. Y no te engañes pensando que se comienza por dichos cubos de agua para saltar después al océano, porque eso es una falacia. El agua estancada de los cubos anulará tu capacidad de distinguir entre lo que es y lo que no es, entre las perlas y las baratijas. 

No pienses que todo vale o que todo ayuda o que todo sirve. En el camino interior, sólo aprovecha la luz. Por consiguiente, que sepas que todo aquello que no ilumine, ensombrece. Así pues, no pierdas el tiempo en naderías, ya que... ¡no tienes toda la vida por delante! 


No malgastes esfuerzos inútilmente y sumérgete ya, de cabeza y sin condiciones, en el océano de los grandes maestros del espíritu, pues sólo allí habitan las perlas, perlas de sabiduría.
Cuando lo hagas, verás si no, te sonrojarás de los cubos de agua. ¿Acaso ilumina igual el sol que un fosforo?

Lo Real y lo Imaginario


“El mundo fenoménico
está fundado sobre lo imaginario,
y tú a eso le llamas el mundo de la realidad,
sólo porque es visible y tangible.
En cambio, calificas de imaginarias
las realidades espirituales
a las cuales el mundo de aquí está subordinado.
Pero, es justo lo contrario.
Este mundo, tu mundo,
es irreal e imaginario,
y el de las realidades espirituales
es lo único real y lo que reduce a nada
todos tus mundos”


(Mawlânâ Rûmî, m. 1273)


El cometido principal de todo maestro del espíritu es dar testimonio de lo real y abrir el espíritu humano a nuevas dimensiones de sí mismo. Esa es la gran ayuda que tanto ayer como hoy pueden brindarnos estas luminarias del camino interior. Sería estúpido, pues, pensar, como sucede a veces, que los maestros se hayan dedicado a hacer brindis al sol, hablando de cosas que hacen bonito, pero que no sirven para nada. Nada de eso. Todos ellos han sido y son hombres de un enorme pragmatismo, dado, entre otras cosas, lo bien que conocen la naturaleza humana y sus flaquezas. Los maestros nos hablan del más aquí y no del más allá. Y eso de lo que hablan es lo más real que existe, no nuestros mundos creados.

Halil Bárcena