jueves, 30 de noviembre de 2017

Sobre el anhelo de Dios


Que tu corazón anhele al Señor, como el avaro desea el oro.
Como aquel que se está ahogando ansía desesperadamente el aire, así tu corazón debe anhelar al Señor antes de encontrarlo.
"Un día, Hz. Isa (Jesús) caminaba a la orilla del mar. Se le acercó un devoto y le preguntó: Señor, ¿cómo puedo hallar a Dios? Hz. Isa avanzó en el mar con el devoto y lo sumergió en el agua. Después de un rato lo soltó y levantándolo de un brazo le preguntó: ¿Cómo te sentiste debajo del agua?
El devoto contestó: Sentí como si mi último momento hubiera llegado; mi condición era desesperada.
Entonces Isa le dijo: Verás a Dios cuando tu corazón llegue a anhelarlo con la misma intensidad con que deseabas un poco de aire hace un momento."

lunes, 27 de noviembre de 2017

Sobre el sustento y la confianza en Dios


'Umar Ibn Al Jattab narró que el Profeta (saws) dijo: 
"Si verdaderamente os encomendáis a Allah, Él os sustentará como lo hace con las aves, que por la mañana salen con sus estómagos vacíos y regresan al final del día con sus estómagos llenos de alimento".
-Ahmad 1/30 y 52, At Tirmidhi (2344), An Nasá'i en "At Tuhfah" 8/ 79, Ibn Máyah (4163).

Allah dice: (Y sabed que Allah siempre le dará una salida a quien Le tema. Y le sustentará de donde menos lo espera. Y quien se encomiende a Allah, sepa que Él le es suficiente...) (65:2-3) 
El Profeta (saws) le recitó esta aleya a Abú Dharr y luego le dijo: "Si la gente practicase esta aleya le sería suficiente (para lograr al bienestar en la fe y en los asuntos mundanos)".
Encomendarse verdaderamente a Allah significa tener absoluta confianza en Él, ya sea para obtener lo que es beneficioso como para evitar lo dañino, acompañado con la certeza de que Allah solamente es Quien puede conceder y quitar, beneficiar y perjudicar.

Debemos saber que encomendarse a Allah no significa abandonar los medios que Él  estableció para procurar el sustento. Allah  le ordena a la gente que se valgan de los medios, y que al mismo tiempo confíen en Él. Usar la fuerza física valiéndose de las extremidades para procurar el sustento es obedecer a Allah, y encomendarse a Él de corazón es creer en Él. 

Yábir narró que el Mensajero de Allah dijo: "Nadie muere hasta recibir todo el sustento que Allah ha decretado para él. Entonces, temed a Allah, aumentad vuestras súplicas, tomad lo que es lícito, y dejad aquello que está prohibido". -Ibn Máyah (2144), Al Hákim 2/4.

El Profeta (saws) dijo: "Si os aflige una calamidad no digáis: Si yo hubiera hecho tal o cual cosa esto no habría pasado, sino decid: ¡Allah así lo ha decretado y Él ha hecho lo que quiso! porque decir ¡si (hubiese hecho o pasado tal o cual cosa)! abre las puertas a Satanás". -Muslim (2664)

La persona que verdaderamente se encomienda a Allah sabe muy bien que Él le ha garantizado el sustento, está seguro de ello y confía en Allah de corazón. Sin embargo, esto no debe hacer que la persona abandone los medios para obtener el sustento. Allah ha decretado el sustento para todo ser viviente. Allah dice: (No existe criatura en la Tierra sin que sea Allah Quien la sustenta...) (11:6)
(Y cuántos animales hay que no pueden almacenar sus propias provisiones, pero Allah los sustenta y [también] a vosotros...) (29:60)

El fruto de encomendarse verdaderamente a Allah es aceptar Su decreto. Quien confía todos sus asuntos a Allah y acepta lo que Él escoge y decreta para él, entonces es una persona que realmente se encomienda a su Creador.


"Los días de la vida pasan como nubes, así que haz el bien mientras estés vivo".
-Iman Ali (ra)


jueves, 23 de noviembre de 2017

Encontrar la Paz



Dios creó al Hombre de una manera hermosa bajo Su Amor. Una vez creado, le preguntó: ¿Que quieres? 
El Hombre replicó: -Quiero vivir en Paz. Quiero adorarte Oh Dios. Quiero servirte. Entonces tendré Paz. Eso es lo que quiero, por favor concédemelo

Muy bien , dijo Dios: ¿Que necesitas? -Necesito ser un Rey. Entonces podré alabarte en Paz dijo el Hombre. 
Muy bien, serás un Rey. Después de un tiempo Dios le preguntó: ¿Como estas? Estas en Paz ahora? 
-No, no estoy en Paz, respondió el Hombre, Oh Dios necesito ser rico. Entonces podré vivir en Paz 

Entonces Dios le concedió toda la riqueza del mundo y algo más. Luego de un tiempo le preguntó: ¿Estas en Paz ahora? No, Oh Dios, no lo estoy. 
¿Que necesitas ahora? -Yo quiero una hermosa mujer para vivir con ella. Entonces tendré Paz. Dios le concedió una mujer que era mas bella que la luna. 
Algún tiempo luego le preguntó: ¿Estas en Paz ahora? -No, no lo estoy. Oh Dios concédeme un palacio que luzca como el Paraíso. Entonces podré estar Paz. Muy bien, dijo Dios. Le entregó un Palacio tan bello como los que hay en el Paraíso. 

Después de un tiempo le volvió a preguntar, ¿Estas en Paz ahora?
-OH Dios, si yo pudiera tener y disfrutar de un jardín florido seguramente tendría Paz. Necesito un jardín tan bello como lo del Paraíso. Entonces Dios le dio un florido jardín . 



Luego de un tiempo le volvió a preguntar: ¿Estas en Paz ahora?


-NO mi Dios, necesito algunas brisas frescas, con buena fragancia. Después de un tiempo, Dios le volvió a preguntar: -Oh Dios pese a que disfruto de una hermosa brisa aun no estoy en Paz. 


Bueno, dime lo que necesitas? dijo Dios. 


-Oh Dios, dame chicos, hijos podré vivir en Paz si tengo hijos. Muy bien, agrego Dios, tendrás hijos. 



Nuevamente Dios le preguntó al Hombre: ¿Estas en Paz ahora?

-Quiero ser un líder mundial. Así estaré en Paz Entonces Dios lo hizo un líder mundial. 

Un tiempo después le preguntó:
¿Estas en Paz ahora?
 -OH Dios, no lo estoy, quisiera hacer milagros. Seguramente encontraría mi tranquilidad en eso. Pienso que es lo que necesito. 
Entonces harás milagros. Tu podrás hacer 4 trillones y diez mil milagros. Tiempo después, Dios le volvió a preguntar: ¿Estas tranquilo ahora?


-No, Dios, aun no lo estoy. 



¿Que necesitas ahora?
-Si pudiera ser un hombre sabio encontraría la Paz seguramente y quizás podría dar Paz a todos los demás. Entonces Dios lo hizo un sabio. ¿Estas en Paz ahora?
-No, no lo estoy, sin embargo si pudiera viajar por diversos lugares, pudiera ver los distintos países en el mundo y estaría tranquilo. Debo encontrar esa Paz. 



Muy bien le dijo Dios y le concedió lo anhelado.
Un tiempo después le pregunto si había alcanzado la Paz. -No, no lo estoy, me siento muy solo aquí. 
¿Y que deseas ahora? Le pregunto Dios.

 -Si podría estar en oración, podría estar en Paz. Muy bien, reza entonces
Tiempo después le volvió a preguntar: ¿estas tranquilo ahora? 
-No , no lo estoy actualmente, me siento aquí y oro pero no me puedo concentrar. Mi mente se va por todo lugar. Aun no estoy en Paz.

¿Que puedo hacer por ti, ahora? preguntó Dios. 

-Si tan sólo no tuviera hambre podría orar en Paz. 


Muy bien, dijo Dios, y retiró el hambre del Hombre. Luego de un tiempo le preguntó. ¿Estas tranquilo ahora?


-No, Dios, estoy demasiado delgado. No puedo ver con claridad y apenas camino.

¿Entonces dime lo que necesitas? agregó Dios. 


-Oh Dios, dijo el Hombre lamentándose, no entiendo nada. Tu me has dado todo pero aun no entiendo nada. No sé porque razón aun no estoy en Paz con todos los regalos recibidos. Por favor explícame porque estoy así.

Entonces Dios habló: ”Hasta que Mis atributos no estén en ti nunca estarás en Paz. Hasta que Mi sabiduría no descienda en ti, nunca estarás en Paz. Ninguna otra cosa te dará la Paz que tu buscas”.

lunes, 20 de noviembre de 2017

La sinceridad de nuestros actos



Una adoración escueta realizada con sinceridad vale más que una prolongada adoración llevada a cabo sin sinceridad y recta intención. El Profeta (que Allah le bendiga y le de la paz) dijo: “Realiza todas tus acciones con sinceridad. (Si actuáis de esa manera) incluso un pequeño número de acciones rectas es suficiente.” 
También dijo: “Allah no se fija en vuestra apariencia o en vuestras riquezas. Se fija en vuestros corazones (para ver vuestra sinceridad) y actos.” 

Alif Lam Mim. ¿Acaso piensa el hombre que se le dejará decir, “Creemos”, y que no se le probará? Probamos a los que os precedieron, y Allah está perfectamente informado de quién es sincero y de quien es falso. (‘Ankabut, 29:1-3)

Sin embargo, deberíamos comprender en su justa medida la naturaleza de la sinceridad, especialmente a la hora de prohibirnos hacer buenas obras para evitar la ostentación. A veces shaytan le susurra al hombre que no lleve a cabo una buena acción ya que no es sincero en su intención y de esta forma aleja a los hombres de las buenas obras. A veces podemos sentir que nuestras obras carecen de sinceridad, pero en esos casos, en vez de contenernos y no realizarlas, deberíamos esforzarnos por corregir nuestra intención. El camino de la sinceridad no es un camino fácil. Hay en él muchas dificultades.

Se necesita una continua vigilancia del nafs y de sus bajos deseos. Podemos llegar a una real sinceridad paso a paso.
Para ello debemos utilizar nuestra voluntad y pedir -al mismo tiempo- la ayuda divina para alcanzar esta estación. Para conseguir este fin, es importante no olvidar:

  • El recuerdo de Allah. La repetición de Sus nombres (Dikr)
  • Conocer la Sunna del Profeta (saws) -es decir, las costumbres y el Ejemplo de Rasûlullah- para poder incorporarlos en nuestra vida cotidiana.
  • Estar en comunidad. En estas reuniones podemos apreciar y conocer de forma práctica la hermandad, y aprender a preocuparnos por otros.
  • Comer sólo lo que se ha ganado de forma halal (permitida/ licita).
  • La práctica del ayuno. El ayuno refuerza nuestra parte espiritual y silencia por un rato nuestra parte animal. Ayuda a practicar mejor la caridad y a saborear la obediencia. Cuando el hombre ayuna, renuncia a sus satisfacciones personales.
  • Servir a toda la humanidad y amar a todas las criaturas que Dios creo.
  • Cuando realizamos una acción, debemos poner consciencia que no estamos solos, sino que Allah nos está observando.
Que Allah nos ayude en la tarea de ser sinceros. Amín 

jueves, 16 de noviembre de 2017

La única oportunidad


Tus oraciones son tu luz;
Tu devoción es tu fortaleza;
El sueño es el enemigo de ambos.
Tu vida es la única oportunidad que la vida puede darte.
Si lo ignoras, si lo desperdicias,
Solo te convertirás en polvo.
-Hz Rabia Basri (kf)



lunes, 13 de noviembre de 2017

Mata lo que sea que tu mente crea


"Hijo mío, mata lo que sea que tu mente crea y te traiga.
Míralo y luego aconseja a la mente con sabiduría, diciendo: 
"Ten paciencia. Lo discutiremos más tarde y tomaremos una decisión".
Póngalo a un lado por un tiempo, y luego tírelo a la basura.
Si haces esto repetidas veces, la mente exclamará: 
"¡El es un idiota! Él tira todo lo que le traigo", y te dejará.
Si alcanzas ese estado, alcanzarás la serenidad de la mente, la gracia de Dios y la paz para tu alma".

Muhammad Raheem Bawa Muhaiyaddeen (Ra)
Las palabras doradas de un Sheikh Sufi -pg.100


jueves, 9 de noviembre de 2017

El beduino

Uno de los awliya de Allah contó lo siguiente:

Una de las veces en que el Profeta (saws) se encontraba dando vueltas a la Casa de Allah en Meca escuchó a un beduino implorando a Allah diciendo solamente: “¡Oh, Generoso!”. El Profeta se colocó detrás de él y repitió sus palabras. Cuando llegó junto a la Piedra Negra, el beduino volvió a decir: “¡Oh, Generoso!”, y el Profeta dijo: “¡Oh, Generoso!”. El beduino continuó su circunvalación hasta llegar donde está el canal del desagüe, y volvió a decir: “¡Oh, Generoso!”, y de nuevo el Profeta repitió sus palabras. Entonces, el beduino se giró hacia él y le amonestó diciéndole: “¿Te ríes de mí por ser un beduino ignorante? Si no fuera por la belleza de tu rostro ahora mismo me quejaría de ti ante mi amado, el Profeta de Allah”. El Profeta sonrió y le dijo: “¿No conoces en persona al Profeta, verdad?”. El beduino le dijo entonces que no, y Muhammad le dijo: “Hermano árabe, ¿por qué lo has aceptado como Profeta sin conocerle?”. El beduino le dijo: “Creo en él sin necesidad de conocerle; acepto que es el Mensajero de Allah sin tener que verle”.
Entonces, el Profeta le dijo: “Pues bien, hermano árabe, yo soy tu Profeta en este mundo y quien intercederá por ti ante Allah en la Otra Vida”. El beduino se arrojó entonces al suelo para besarle los pies, pero Muhammad se lo impidió diciéndole: “No me trates como hacen los pueblos con sus reyes. No se me ha enviado para estar por encima de nadie ni para ser arrogante. Se me ha enviado para trasmitir la verdad y ser anunciador de buenas noticias y de advertencias”.
En ese mismo momento, el Ángel descendió hasta el corazón del Profeta y le dijo: “Muhammad, la Paz te saluda y te dice que comuniques a este beduino que no se confíe a la Generosidad de Allah, pues mañana, en la Otra Vida, le ajustará cuentas, que le exigirá por todo lo que haya hecho en el mundo, ya sea grande o insignificante”. Y así se lo dijo el Profeta al beduino, y de él se apoderó el terror.
El beduino le dijo al Mensajero de Allah: “¿Es cierto que Allah me pedirá cuentas?”. Y el Profeta le respondió: “Así será”. El beduino dijo entonces: “Lo juro por Su Poder y Su Gloria, si me pide cuentas, yo le pediré cuentas”. Sorprendido, Muhammad le preguntó: “¿Y qué cuentas le pedirás a tu Creador?”. El beduino contestó: “Si Él me pregunta por mis trasgresiones, yo le preguntaré dónde está Su Indulgencia; si me pide cuentas por mis desobediencias, yo le preguntaré dónde está Su Tolerancia; si me pide cuentas por mi avaricia, yo le preguntaré dónde está Su Generosidad”. Al oír sus palabras, el Profeta lloró hasta que se le humedeció la barba.
Entonces volvió a sentir al Ángel en su corazón, que le dijo: “Muhammad, deja de llorar pues tu llanto abrasa a los Portadores del Trono de Allah, y trasmite a tu hermano el beduino que no le pida cuentas y Él no se las pedirá, y que será tu compañero en el Yanna”.


lunes, 6 de noviembre de 2017

¡Despierta tu corazón!


El verdadero trabajo está en el corazón.
¡Despierta tu corazón!
Porque cuando el corazón está completamente despierto,
entonces no necesita ningún amigo.
-Hz. Rabia Basri (kf)


jueves, 2 de noviembre de 2017

El rezo más grande


"Recordar a Allah es el rezo mas grande. Amar a tu esposa es un rezo, hace que el corazón se sienta bien. El rezo del dinero es ayudar al pobre. Ayudar a la humanidad es un rezo. Mientras tengas fe en tu corazón, cualquier cosa que hagas es un rezo. El rezo del cuerpo es postrarse ante Allāh. El rezo del oído es escuchar la Verdad y actuar en consecuencia"

Sheikh Muzaffer Efendi (qs)