martes, 8 de septiembre de 2015

Cambiar de estado


El proceso de transformación puede ser descrito en términos de cambios de estado de sólido a líquido o gas.
El yo obsesivo -compulsivo es como el hielo- duro, separado y solo.
El yo equilibrado es más como el agua -líquido, puede mezclarse con otros y fluir-, puede diluirse y hasta purificar lo negativo de la vida.
Los estados superiores se asemejan más al estado molecular de las fragancias -muy sutiles, penetrantes-, y no tan limitados por el tiempo y el espacio.

A través de un Sendero cierto y de la mano de un Guía ir cambiando:

-Aceptación de aquello que es, en lugar de quejas al estilo “pobre de mí” o “¿Por qué yo?”

-Franqueza, antes que preocupación por el “mí.”

-Gratitud, antes que resentimiento por lo que me ha pasado a “mí.”

-Generosidad, antes que posesividad.

-Modestia, antes que vanidad del “mí.”

-Perdón, antes que culpa propia o de los demás.

-Confianza, antes que inseguridad y duda.



Tú y yo


Un momento de felicidad,
tú y yo sentados en la veranda,
aparentemente dos, pero uno en alma, tú y yo.
Sentimos el agua de vida que fluye aquí, 
tú y yo, 
con la belleza del jardín 
y el canto de las aves. 

Las estrellas nos mirarán, 

y les mostraremos 
lo que es ser una luna creciente fina.


Tú y yo fuera de nosotros mismos, estaremos juntos, 
indiferentes a conjeturas inútiles, tú y yo. 

Los pericos del cielo harán crujir el azúcar
 mientras reímos juntos tú y yo.

Y lo que es aún más asombroso, 
es que en tanto aquí juntos, tú y yo 
estamos en este momento en Irak y Jorasán.
 De una forma en este mundo, 
y de otra manera en una tierra dulce sin tiempo.


Rumi Gazal 2114, Furuzanfa