Una vez un hombre compró un esclavo:
"O esclavo", le dijo el hombre, "¿qué te gustaría comer?"
"Lo que sea que me des para comer".
"¿Qué clase de ropa te gustaría usar?"
"La que sea que me des para usar".
"¿En qué lugar de mi casa te gustaría alojarte?"
"Donde sea que tú me alojes".
"¿En qué tareas preferirías trabajas?"
"En las que sea que me ordenes hacer".
Entonces el hombre dijo: me gustaría ser con Mi Señor como tu eres conmigo.
"Oh mi señor", dijo el esclavo, "¿acaso el siervo que está con su Dueño tiene alguna elección o voluntad propia?"