Tu dices le temo a Allah cuando en realidad le temes a los demás.
No tengas miedo de los jinns, de los hombres, de los Ángeles, de los animales, de los problemas del mundo, o del mas allá. Solo ten temor de Quien aplica los problemas.
La persona inteligente no tiene miedo de las culpas ni de las críticas de los demás aparte de Allah. El es sordo al discurso de cualquier otra criatura.
En todo lo que se refiere a las criaturas reconoce que son débiles, enfermos y pobres.
La gente de Allah son aquellas de cuya mirada uno aprende y se puede beneficiar. Versados en la ley sagrada y las realidades. Ello son los médicos de la religión, que pueden componer las fracturas de
Oh tu que te has fracturado, escúchalos y atiende sus consejos para curarte.
Aquel que permite la existencia de tu enfermedad es el mismo que permite la existencia del remedio para tu enfermedad.
El premio es para aquellos que obedecen y el dolor es para quienes desobedecen.
Cuando Allah le desea el bien a Su siervo, le provee privaciones, entonces si el soporta con paciencia esta situación, lo promueve, le otorga favores y le garantiza regalos, lo hace rico.