miércoles, 10 de marzo de 2010

Un cuerpo,ego y espiritu


El Sufismo no es “esoterismo” ni “ocultismo”, como tampoco es una “secta secreta”, ni “masonería”; al contrario, es una sabiduría profunda y clarificadora que da respuestas sencillas a la espiritualidad del hombre en la vida cotidiana. El Sufismo es el corazón del Islam, su raíz es el Corán y los dichos, Sunnah del Profeta Muhammad (s.a.w.s).

En el Sufismo existe la tríada: cuerpo (jism), ego (nafs) y espíritu (ruh). Se considera que la enfermedad física es debida a los conflictos psicoemocionales. En última instancia, toda enfermedad es debida a que el espíritu está velado u oculto por los conflictos del ego. En el Sufismo, el origen de la neurosis y la psicosis se plantea como una “etiología múltiple”.

El hombre es un ser multideterminado. Está condicionado por lo genético, por la educación que recibió de las últimas siete generaciones anteriores a él (psicogenealogía); también está condicionado por lo económico, político, social, educacional, psicológico, relacional y espiritual. Esta urdimbre determina el “modo de ser en el mundo”, o lo que es igual, el modo de hacer las transacciones con la existencia, Din.

Estos elementos tienen capacidad para formar o deformar al ser humano. Cada uno es como una moneda con dos caras: un lado tiene la salud y el otro la enfermedad, y, cuando dañan al ser humano, pueden hacerlo, a veces, de un modo irreversible. Ese daño en el hombre puede observarse en su historia biográfica psicoemocional, en su cuerpo, en su mente y en el velamiento de su espíritu.

En el Sufismo, el nivel más grande de cura se da cuando se reconoce la idea de Unidad, es decir, cuando se acepta la existencia de un único Dios, Allah, porque toda la manifestación gira en torno a Él. El Sufismo es conocimiento práctico en acción. Los discursos intelectuales o lecturas sin práctica son pura locura. El Sufismo es terapéutico por el hecho de seguir las reglas o estrategias diseñadas en la Vía Sufi, porque gracias a ellas, se logra el desmantelamiento de los velos que cubren el espíritu. Esos velos son los aspectos negativos del carácter. Como dijo el Profeta Muhammad (s.a.w.s): “No he venido sino para mejorar vuestro carácter (ajlak)”. También es saludable frecuentar la compañía de los sufíes y aceptar la guía de un maestro (Shayj). El recuerdo deAllah (dhikr), es la mayor cura.



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