miércoles, 12 de diciembre de 2012

Carruaje


Hay un viejo símbolo de origen persa que explica cual es la situación del hombre. Ustedes lo habrán leído en algunos libros y dice que el hombre es como un carruaje guiado por dos caballos, que debido al estado en que se encuentran, viajan por cualquier parte; los caballos no están bajo las órdenes del cochero, sino que se dirigen a dónde quieren, se meten en los terrenos más peligrosos, con riesgo del carruaje, de sus ocupantes y del cochero que los maneja.
Dentro del carruaje, dicen los hombres que saben, está el dueño, que es llamado el amo, que no puede ejercer ningún tipo de acción sobre el cochero, porque éste se encuentra dormido y cuando le habla, éste no lo escucha.

El amo habla con palabras de la Verdad, el cochero está sumido en el sueño dela mentira y no entiende las instrucciones del amo. El cochero, que simboliza en esta alegoría, la inteligencia del hombre, no es el que conduce el carruaje, sino que es dirigido por los caballos desbocados que lo llevan a cualquier parte. Los caballos desbocados son las emociones del hombre, y éstas son las que dirigen su vida, desde lo más inocente, aparentemente, como son los gustos y las ganas o falta de ganas, hasta lo más complicado que son las relaciones que establece el ser humano con su entorno, con los demás seres humanos y con su vida. Entonces, el terreno de batalla, el campo de batalla del hombre común está en el campo de las emociones. Su inteligencia, muy pocas veces actúa para evitarle males mayores y por supuesto, como dicen los hombres sabios, lavoz del amo, que es el alma, es absolutamente desoída.

Este carruaje, conducido por caballos desbocados no va por el Siratta al-Mustaquim , no va por El Camino Recto, sino que va por cualquier parte.
En estas condiciones, el hombre cree que hace cosas, cuando en realidad es arrastrado por los caballos, o sea, por sus emociones; lamentándose permanentemente por los errores cometidos.

En esas emociones se desarrollan las pasiones y éstas son el terreno del infierno. El infierno es el alejamiento absoluto del hombre de la Verdad.

Di
jo el Profeta Muhammad (swas) que los Musulmanes iban a ser tan numerosos como la espuma del mar y tan huecos como ella.

La Verdad está alejada del hombre actual y se le llama Verdad o Realidad a la mentira. El hombre que dice “esto es real” está diciendo esto es mentira. Toman la Verdad como aquello que ocurre.
El hombre sin saberlo se dirige a la mentira.

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