Los que prometen
lealtad a un Sheikh son sus derviches.
Ciertamente,
todos los que juran fidelidad, juran fidelidad a Dios: la mano de Dios está
sobre sus manos.
Así pues, quien
rompe su juramento, lo rompe en contra de sí mismo: mientras que a quien sea
fiel a lo que ha jurado a Dios, Él le dará una magnífica
recompensa."(48-10)
"Cuando concertéis
una alianza con Dios, sed fieles a ella. No violéis los juramentos después de
haberlos ratificado. Habéis puesto a Dios como garante contra vosotros. Dios
sabe lo que hacéis."(16-91)
La voluntad de
obedecer a Dios implica necesariamente una voluntad de obedecer a Su mensajero.
La frase “la mano de Dios está sobre sus manos” no alude simplemente al
apretón de manos con el que todos los seguidores del Profeta sellaron su
juramento de fidelidad a él, sino que es también una metáfora de que Él es testigo
de su juramento. (Extraído de: "Mensaje del Coran", Muhammad Asad)
En la Sunna del
Profeta Muhammad (saws) hay un indicio de que la práctica de este rito era una costumbre en su época.
Esto lo vemos en el hadiz 18 del Libro de la Fe de
Sahih al Bujari:
18. 'Ubâda Ibn As
Sâmit (26) relató que: 'El Mensajero de Allah (saws) dijo, mientras lo
rodeaba un grupo de sus sahabis, «Juradme fidelidad con las siguientes
condiciones:
• No adjudicaréis
ningún copartícipe a Allah,
• No robaréis,
• No fornicaréis,
• No mataréis a
vuestros hijos,
• No pronunciéis
calumnias intencionales diciendo cosas falsas,
• No
desobedezcáis cuando se os pide hacer el bien.
Quien de
vosotros, cumpla estas condiciones, recibirá su recompensa de Allah. Quien no
cumpla algo y sea castigado en vida, pues, el castigo será su expiación. Quien
no cumpla algo y sea encubierto por Allah, pues Él lo perdonará o lo castigará
en la otra Vida». Y con estas condiciones le juramos fidelidad.