lunes, 22 de julio de 2013

Lo imposible


Nada es más difícil en el mundo que soportar lo imposible. 
Si tú has leído correctamente un libro, con la vocalización exacta y alguien sentado a tu lado lee incorrectamente el mismo libro, ¿puedes soportarlo? No es posible. Pero, si no lo hubieras leído, te sería igual que leyese mal o bien, dado que no podrías discernir lo exacto de lo inexacto. Soportar, pues, lo imposible, exige un gran esfuerzo.

¿Acaso no realizan grandes esfuerzos los Profetas y los Santos? Su primer esfuerzo fue matar su alma terrenal y renunciar a sus deseos; esa es la gran batalla. Como han llegado y se han unido a Allah permanecen en situación segura y se ha hecho evidente para ellos lo que era justo o injusto. Distinguen y ven lo justo y lo falso. Realizan grandes esfuerzos porque todas las acciones de las criaturas son injustas, ellos lo ven y lo soportan; pues si no lo soportaran, no hablarían sino del mal que hacen las gentes y nadie se quedaría en sus casas ni les ofrecerían el saludo de paz. 

El Altísimo les ha concedido la magnanimidad y una gran paciencia para soportar, hablan de un sólo defecto de cada cien para no hacer la vida difícil al que está colmado de defectos. Lo elogian como si sus vicios fuesen justos para que sus defectos desaparezcan uno a uno Así procede el maestro que enseña a escribir a un niño. 
Cuando el niño consigue escribir una línea y la muestra a su maestro, todo lo que ha escrito el niño está, para él, lleno de defectos, pero por artificio y con indulgencia, le dice que escribe bien...
Corrige algunas letras y muestra al niño como escribirlas correctamente y lo felicita por lo demás, para que no se aflija su corazón y así fortalecer su debilidad gracias a estas alabanzas.

Párrafo del Libro Fihi Ma Fihi, de Hz. Rumí


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