Una enfermedad
importante es la tontera.
Es casi incurable.
Como lo dijo Jesús (as): “No
me ha sido imposible resucitar a los muertos, pero he sido incapaz de curar a
los tontos”.
Porque el tonto es un hombre que se afana por aprender en
poco tiempo algo, tanto de los conocimientos revelados como de los racionales.
Impulsado por su tontera, interroga y contradice al gran sabio que ha pasado su
vida estudiando las ciencias reveladas y racionales.
Este tonto es un
ignorante que no obstante se imagina que lo que lo confunde, confunde también
al sabio.
Si no se da cuenta de este error, sus preguntas y sus replicas
provienen de su tontera.
Por consiguiente, no debes ocuparte en
contestarle.
Iman Al Ghazzali (qs)
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