Muzzaffer Ozak
Efendi (ra) respondió:
“Sí. Sólo shaitán
carece de capacidad de amar. Quien quiera que carezca de capacidad de amar está
sufriendo la influencia shaitánica.
Debemos entender, sin embargo, que el amor
se manifiesta en el carácter de un ser humano de acuerdo al nivel de esa
persona. Por ejemplo, en el nivel más bajo, el nafs al-ammara, las cualidades
animales predominan, y todos los deseos, necesidades y apegos asociados a este
mundo. El amor es como un vaso en el que el agua asume la forma del contenedor
en el que se vierte. Cuando el amor toma la forma del nafs al-ammara se
manifiesta primeramente como deseo sexual. En cambio si la copa es el insán-i
kamil, el ser humano perfecto, entonces se produce Amor perfecto.
El amor es como
la lluvia; si desciende como excremento produce pestilencia. Si desciende como
pétalos de rosa produce el dulce aroma del perfume. Por eso es que el Amor ha
sido representado en la poesía sufi como vino, el sheij como el distribuidor
del vino y la tekke de los derviches como la taberna. La copa es el ser del
estudiante. Ese es el lenguaje del sufismo. Pero quien no conoce este lenguaje
imagina que el poeta está describiendo a un tabernero que hace bebidas
alcohólicas.
Pero tampoco
encontramos culpa en ellos porque ellos están viendo el mundo de acuerdo al
color de sus propios lentes. Si usas lentes verdes todo lo ves verde aunque
nada sea verde. Había un aldeano en Kaiseri que tenía un burro que no comía
heno amarillo. El dueño que era un hombre inteligente se consiguió unos
espejuelos enormes verdes y se los puso sobre los ojos al burro, y el animal
encantado de la vida se comía el pasto amarillo. Ese mismo hombre tenía también
un gato que no comía pan cuando estaba seco, así que el hombre le puso una gota
de leche en la nariz y el gato con gran apetito se comió el pan seco.
Muchas personas
también son así. Por eso es que necesitamos distinguir entre el amor animal, el
amor humano y el amor divino. Finalmente lo más importante para un ser humano
es conocer a Dios, encontrar a Dios y ser uno con Dios. Se nos ha dado ese
potencial. Espero que puedan degustar lo que yo estoy diciendo porque
definitivamente vale la pena..."