Un joven aspirante a derviche, atacado de trascendentalismo y ebrio de la importancia de su búsqueda, preguntó a un viejo derviche a propósito de las prácticas espirituales que realizaban en la jânaqa a la que acudía cada noche, al acabar sus obligaciones diarias. El viejo derviche contestó:
- "Aquí, nos caemos y nos levantamos, y nos volvemos a caer y nos volvemos a levantar, y nos caemos de nuevo y de nuevo nos levantamos".
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