Nosotros llevamos
una parte de nuestra humanidad que se llama el Ego.
El ego es una realidad, no es un atributo. Pero los atributos del ego son, sin
ninguna duda, perceptibles.
El Profeta (saws)
decía: “El más grande de nuestros enemigos es el ego. Que está en
nosotros, en los dos lados.” Refiriéndose a que se encontraba situado
entre el pecho y la espalda. En todo el cuerpo.
Cuando uno
comienza a reconocer lo que el ego hace con nosotros, fíjense que estoy hablando
como si fueran dos entidades diferentes, separadas, lo cual no es así por
supuesto.
Lo que debemos
hacer es considerarlo un perro feroz al que hay que domesticar. Y la manera de
domesticarlo es a través de disciplina espiritual. Si esa disciplina
espiritual no existe somos sus esclavos.
Dentro de los atributos del ego hay uno que creo
todos reconoceremos inmediatamente: es la lujuria.
En castellano la palabra
lujuria la relacionamos con temas vinculados al sexo. Les pido que dejen esa
concepción de lado y acepten el concepto de pasión. Pero no pasión centrada
solamente en uno de los aspectos de la pasión.
La pasión no existe sin el cuerpo. Sin todo esto
que es nuestra herramienta de trabajo. ¿Por qué? Algunos dicen que la lujuria es uno de
los aspectos del ego. Y hay, por supuesto, opiniones diferentes.
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En
la lujuria hay dos niveles:
1-La necesidad de comer, y comer lo mejor. De
vivir, y vivir de la mejor manera. Y tener sexo con aquellas personas que
amamos o que nos gustan.
2-Es el nivel del poder y la riqueza. ¿Por qué un
derviche no puede ser un político? Porque este segundo aspecto de la lujuria es
increíblemente poderoso y destruye al ser humano que lo practica.
Recuerden esta muy breve definición de eso que
llamamos pasión.
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Otros dicen que
es un instinto natural controlado por el Ego. De la misma manera que el alma es
controlada por la inteligencia.
El alma que no
está controlada por la inteligencia es un alma débil.
El ego que no
está estimulado por la lujuria, por la pasión es débil.
El ser humano
está constantemente en esa disputa entre la inteligencia por un lado, y la
lujuria por otro.
Si la
inteligencia es más fuerte que la lujuria, que la pasión, ése es el humano que
va a triunfar, porque podrá transitar el camino de la espiritualidad. En el
camino que le corresponda, en el camino que le asignó Allahu Ta´ala.
Aquellos en los cuales la pasión y la
lujuria son más fuertes que la inteligencia, aunque traten de caminar por
senderos espirituales, siempre regresarán a ese punto de inicio y no podrán
avanzar.
En algún momento
hay que comenzar. Jamás es tarde. En algún momento tenemos que decirle que no a
aquello que nos aferramos demasiado del mundo y decirle que sí a la espiritualidad.
Fragmento del
Sobhet de Sheikh Orhan baba – Mayo 2017