jueves, 31 de mayo de 2018

El hombre vive en el error y confundido



Bismillah

No distinguimos lo verdadero de lo falso, es casi imposible. Y como no podemos salir del error estamos confundidos. En esa confusión, queremos arreglar el mundo de los demás y el propio.
El estado en el que estamos no permite que diferenciemos una cosa de la otra.
Así como no estamos capacitados para conocer el futuro o las consecuencias de nuestros actos.

La enfermedad que tenemos, la confusión, es no distinguir lo verdadero de lo falso.
El error es creer que uno puede enderezar la situación ,que si nos esforzamos, que si tenemos suerte, que si ganamos dinero, o por alguna otra razón, sea cual fuere, podemos salir del error. Algunos consideran que nunca se equivocaron y otros creen que son los demás quienes se equivocan... El error es creer que dentro del mismo error se puede salir del error.

Queremos arreglar cosas afuera. La política, la economía del país, el futbol de mi club, la familia, la vida de mis hijos, muchas cosas de los demas ,pero no me ocupo de mi mismo.
Esa es la confusión porque para que alguien pueda arreglar algo, debería distinguir lo verdadero de lo falso. Sino no pueden arreglar nada.

Esto que vemos en un nivel macro, arreglar al mundo, lo planteamos de la misma manera también a nivel individual. Pretendemos muchas cosas de nosotros mismos, pero como empezar?
Ya que no puedo solucionar el mundo ni a mi familia, a cierta edad quiero arreglarme solo a mi Quiero estudiar, trabajar, conseguir mi casa, auto, ser feliz .etc. Uno quiere una familia perfecta… Pero tampoco se puede. Buscamos la perfección , mi amigo debe serlo, etc Si uno vive en el error, como dice en el Corán, ¿qué otra cosa puede salir de una cantera de errores y confusiones? Sólo más errores y confusiones.
La realidad de mi dia a dia , es que sin darme cuenta sigo un método, una manera de hacer las cosas , de ver la vida , sigo un registro , un caminito, una grabación, y encima creo que soy ESO y la repito. Ese sistema ordena , manda.
El error forma parte de uno. Es nuestro contexto. ¿Nos damos cuenta? No.
Lo tenemos tan internalizado que nos parece normal y aseguramos ser eso. Cada uno lo justifica con su forma.

Nosotros fuimos programados y mal programados, cada uno copia a algún personaje de su vida, y asi poco a poco fue adquiriendo registros ajenos. Todo te lleva al error. Ese registro está adentro, es un mecanismo.
La única “posibilidad” que tenemos y no es que con eso tengamos “éxito”, es que destruyas ese registro.
Para los musulmanes, sanar nuestros registros, es tener los registros del Profeta (swas). Para ello hay que conocer sus costumbres, lo que hizo y dijo… Él (swas) es nuestro ejemplo y modelo a seguir. Como musulmanes, seguimos al Profeta (swas). Si fueramos cristianos seguiríamos a Jesus (as), o si fueramos judíos a Moisés (as).
Nuestro objetivo no es ser como Batman, mis padres o mi tía. No quiere decir que lo que hicieron nuestros padres está mal. Habrán hecho cosas buenas y cosas malas, pero estaban en el error, es decir les costaba mucho separar lo falso de lo verdadero y obviamente desconocían las consecuencias de sus actos.

Si acepto que estoy ciego y vivo confundido, y que no sé distinguir qué es lo bueno y qué es lo malo, entonces sigo a un ejemplo claro, como es el Profeta (swas).
Por ello, se dice tantas veces que un derviche no puede tener certezas. El plan es que no hay plan. Esa actitud de sospechar de mí constantemente, forma parte de no tener certezas. Si de todas formas, va a suceder lo que Dios quiere. No importa lo que creo, pienso, planifico…
Uno debe limitarse a hacer lo correcto, y quizás llegue. ¿Y mientras tanto? Trabajamos en ese veneno que tenemos dentro y seguimos haciendo lo correcto.

El hadiz dice, “escucha la palabra del sabio y hazle caso, porque uno solo entiende aquello con lo que está de acuerdo”.
¿Con qué está de acuerdo cuando no entiende? Con su registro.
Tu sheikh irá en contra de tu registro, en cualquier oportunidad que tenga. Para desarticular y romper esos registros. Sino, estaremos de acuerdo con esos registros y es lo que gobernará en nosotros.
Hay que respetar que el otro tenga registros propios más fuertes y no pueda seguir al sabio.
Cuando el sheikh te desarticula, lo que importa es que se rompa el registro, que desobedezcas al registro, por eso se recomienda llevarle la contra, no importa la circunstancia. Es imposible evitar el sufrimiento.
Con respecto a la pérdida, hay que empezar a desacostumbrarse, ya que los registros están fuertes y no permiten que obedezcas.
El guía te cobra un precio, que es tu atención. Si no trabajas en ti mismo, tu te quedas rezagado en el camino, y tiene sus cosas.
Un sheikh y moviliza registros, es todo un arte, de dar atención y no, acercarse y alejarse, etc. Así se está educando. Esas verdades absolutas a las que uno se prosterna, son a las que se le da validez, ese sería nuestro Dios.
Entender es cuando tu registro se cambió por otro. El que tiene que entender es aquel adentro que debe estar de acuerdo. Sino es un entendimiento intelectual.
Hay un hadiz que dice “Todo lo que tiene que escuchar, escucharás”.

La realidad se produce cuando sucede. Siguiendo esto, se está siempre en realidad. Hay algo adentro que debe ser educado. El primer paso es ubicarse y darse cuenta que estamos en el error.
El secreto de la enseñanza es que el otro que escucha, confíe en esa persona, siga con eso y deje sus registros para obedecer. El que es tuerto, al menos ve qué pasa. Está un paso más allá que los ciegos.
No es que está mal tener registros, pero uno no va a evolucionar.
La estupidez es todo aquello que no me hace evolucionar. Lo importante es que uno esté consciente de las estupideces que hace. Que se blanqueen.

Mientras uno se dé cuenta qué es una estupidez, está bien. Uno se da cuenta que no le da el sistema. Si uno toma una pastilla para adormecerse de la realidad, no evoluciona. Con 30 años ya uno puede tomar pastilla, imagínate que en un parpadeo ya se tiene 50 años y seguimos tomando pastillas.

Darme cuenta de mí me hace evolucionar, y ver que soy imperfecto, y que mañana puedo corregir 1 registro de 1000 que tengo. Uno sabe que está en el error, y se da cuenta que cada hora que pierdo no se recupera. Todas las estupideces que te llevan a nada, te hacen perder tiempo. Tiempo que no se recupera.
Esa es la batalla que hablaba el Profeta (swas). La pelea con nosotros mismos, contra los propios registros.

Hay que desarticular el sistema. Cada pequeña cosa es un registro. Caras, conversaciones, posturas, dichos, inflecciones, diálogos internos, palabras, etc. Al hacer dikhr, uno pronuncia nombres divinos, y eso rompe los diálogos internos.
La lucha es que cuando prendemos dice Windows, y debería decir APPLE. Como hago?
La lucha de un gato que quiere cambiar su registro de decir MIAU y quiere decir GUAU.
La pelea contra el propio sistema es la más difícil, pues ya se apropió de ti.

Es como la computadora… creemos que es Windows. Windows es solo el sistema… no es la computadora. Es su programa. Pero hay otros programas.
Cuando uno sigue los hadices, dicen: “mantente repitiendo mi nombre porque te acerca a mí”.
Eso es dikhr. Uno ve que en los hadices hay verdades. O aquello que el profeta Adam (as) repetía continuamente después de verlo escrito, “la illaha illah llah, Muhammad rasulullah”. Y eso que repetía lo salvó ante Allah, y lo reunió con Eva. No porque se tiró las cartas y veía el futuro, sino porque repitió.

Al lugar que queremos llegar no es un lugar cómodo. Imaginen que entran en Haqiqa.
El estado de Haqiqa, quiere decir que no hay más falsedad. Allí, no hay mentiras, no hay ilusión ni fantasía. Todo es realidad.

El primer problema que nos enfrentamos, es aceptar esa realidad.
El segundo problema, vivir en esa realidad.
Es bueno que sepamos en qué lugar estamos, el compromiso que tenemos.

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