viernes, 29 de marzo de 2013

Cuidado con la inquietud interna


La naturaleza del hombre, no se inclina fácilmente hacia la perfección. Aun cuando su percepción lo haga consciente de una vida mejor, sus instintos, impulsos y móviles egoístas, o “nafs” según la terminología sufí, se transforman en difíciles obstáculos a salvar.
Rodeado por las fuerzas contradictorias de su naturaleza, se vuelve ansioso. Si es afortunado, se halla en el umbral de dos mundos: su «yo» se yergue frente a su ser potencial o real; el hombre universal frente al social.
En épocas modernas la gente generalmente no reconoce esta desarmonía dentro de sí.
Cuando se sienten inquietos, toman una píldora, o beben o se escapan a una forma de vida ilusoria.


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