Ven, ¡ven! Pues otorgas gloria y belleza.
Ven, ¡ven! Pues
eres el remedio de la enfermedad.
Ven, ¡ven! Aunque
nunca te has marchado
ven a escuchar
mis poemas.
Toma el lugar de
mi alma
pues eres mil
almas mías.
Fuera tus amantes
y tus viejos deseos
¡pues tú eres mi
Amor!
Hz. Rumi.
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