miércoles, 22 de octubre de 2014

¿Dónde encontraste tu locura?


- Dime, hombre loco, ¿dónde encontraste tu locura?
- La cambié por este mundo y todos sus desvelos.

- Dime, mendigo, ¿a qué se debe tu pobreza?
- La cambié por mi vanidad y todas las riquezas.
- Dime, hombre solitario, ¿por qué andas siempre mirando al suelo?
- Porque en el cielo se encuentra mi Señor, ¿cómo no sentir vergüenza ante Su Bendita Mirada?
- Dime, hombre errante, ¿hacia dónde te encaminas?
- Cuando Dios me mueve, debo moverme. Cuando me detiene, debo detenerme.
- Dime, hombre triste, ¿por qué lloras cuando nadie te ve?
- Lloro de Amor
- Oh enamorado, ¿cuál es la razón de ese Amor?
 - ¡Sólo Dios! Cuando Él me llamó a Su lado, cambié mi futuro por un sayal. Mi pasado por el olor a rosas del Jardín, y toda mi ambición y toda preocupación por el amargo néctar de la uva. Después bebí hasta emborracharme y ahora camino por este mundo causando vergüenza y estupor. Soy extraño para todos salvo para Dios. Todos me repudian. ¡Ésa es mi Bendición!
- Oh, derviche, ¿dónde puedo encontrar esa pasión?
- En la Taberna
- Santo de Dios, ¿quién puede entrar en esa Taberna?
- Se necesita a alguien hastiado de sí mismo. Se necesita a alguien alejado de su cuerpo. A cada paso, mil ataduras aparecen. Se necesita a alguien capaz de quebrantarlas. Alguien capaz de vaciarse de todo y de todos, y entregarse por entero al Señor. Mientras tanto, debes esperar en la puerta. Si eres constante, podrás probar nuestro licor. Es un Vino Añejo. Fermentó antes de la Creación.
Sólo Laila conoce el Secreto. Sólo Laila revela Su Sabor.
Ven, hermano y hermana desconocidos, escuchad nuestra canción y cantad con nosotros:
¡No hay más dios que Dios!


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