“Feliz aquel que
al menos haya dado un paso en su vida sinceramente por Allah”, dijo Sulaymán ad-Daráni.
Otra anécdota
relatada por al-‘Alai cuenta lo siguiente:
“Un nómada entró
en la mezquita del Profeta (s) e hizo un salat muy breve y ligero.
Al verlo, ‘Ali
(s) se levantó hacia él con un bastón en la mano, y le dijo: “Vuelve a repetir
el salat”. El árabe lo repitió esta vez con más tranquilidad y reposo.
Al final le
preguntó el imán (s): “Ahora, díme, ¿cuál ha sido mejor? ¿ésta o la
primera?”.
El beduino
respondió a ‘Ali (s): “Sin duda, la primera porque fue un salat que hice por
Allah, mientras que el segundo lo hice por temor a tu bastón.”
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