La condición
normal del hombre corriente es estar divido.
Una cosa es lo
piensa, lo que siente y lo que hace.
Según los Sheiks
esto sucede porque no logramos vivir en forma coordinada entre sí. Donde
deberíamos poner sentimientos ponemos ideas; y donde deberíamos poner ideas,
ponemos sentimientos.
Vivimos de esta
forma equivocada y esto nos produce mucho sufrimiento; pero el sufrimiento en
sí no esta en vano, sino que tiene una finalidad. Crecer !!
Todos los
Profetas sufrieron.
Ninguno de los Profetas conocidos tuvo su misión
facilitada por Allah. Y los hombres que no somos profetas también sufrimos, y
mucho.
Nuestras vidas están sujetas a muchos avatares, nos pasan muchas cosas;
estamos sujetos a accidentes terribles, a enfermedades incurables, a
separaciones dolorosas, engaños, a la muerte de seres queridos, a la pérdida de
cosas entrañables. Es decir que, sin ser Profetas, también sufrimos, y
mucho.
En realidad el sufrimiento es absolutamente necesario para crecer
internamente.
Ningún ser humano puede crecer sin sufrir. Pero nosotros
intentamos siempre escaparle al sufrimiento, y nos quejamos, y tratamos de
sacarlo rápido de nuestras vidas. Pedimos al Señor que nos quite el sufrimiento
rápidamente.
Los hombres que saben dicen: “¡Oh Señor!, dadme fuerzas para
soportar este sufrimiento”, no dicen quítamelo.
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