bismillah
“¡Hermano mío, tu que eres fiel en el
amor y buscas la Verdad!
Permíteme que trate humildemente de explicarte la Ley
Sagrada con la alegoría de la rosa. La espina de la rosa es el símbolo de la
Ley Sagrada, el tallo es el Camino Místico, la flor es la Realidad y el perfume
es el Conocimiento Interno.
Para preservar su belleza y su perfume, la rosa necesita de la espina y el tallo; sin espina y sin tallo ni la rosa ni su aroma sobrevivirán, estos la protejen. De la misma manera la Realidad y el Conocimiento Interno se preservan gracias a la Ley Sagrada y al Camino Místico. El que quiere la rosa y su perfume tiene que aguantar la espina y el tallo, pero para quien ama la rosa y su perfume esto no es un sacrificio. No hay nunca que olvidar esto: donde hay una espina, crece una rosa.
La sobrevivencia de la rosa depende de la espina. Debemos recordar que todos los comienzos son difíciles. Pero por otro lado el Corán afirma claramente que a cada sufrimiento corresponden dos consuelos.
¿Acaso puede alguien, que no ha terminado la escuela primaria, estudiar la secundaria? Si lo hace, ¿tendrá la capacidad de aprender lo que le enseñan y alcanzar el éxito en este nivel educativo? Y los que no terminan la secundaria, ¿acaso están listos para la preparatoria y luego para la Universidad?
La Ley Sagrada es la escuela primaria. El Camino Místico es la secundaria. La Realidad puede compararse con la preparatoria y el Conocimiento Interno es como la Universidad.
Si los cimientos y los muros de un edificio no son firmes, el techo no se sostendrá en su lugar. Es imposible vivir en una casa sin techo. Así pues, podemos comparar la Ley Sagrada con los cimientos de una casa; el Camino Místico con las paredes; la Realidad con el techo; y el Conocimiento Interno consiste en la habitabilidad de la casa. Sin la combinación de estos cuatro elementos no se puede decir que exista la casa.
Para preservar su belleza y su perfume, la rosa necesita de la espina y el tallo; sin espina y sin tallo ni la rosa ni su aroma sobrevivirán, estos la protejen. De la misma manera la Realidad y el Conocimiento Interno se preservan gracias a la Ley Sagrada y al Camino Místico. El que quiere la rosa y su perfume tiene que aguantar la espina y el tallo, pero para quien ama la rosa y su perfume esto no es un sacrificio. No hay nunca que olvidar esto: donde hay una espina, crece una rosa.
La sobrevivencia de la rosa depende de la espina. Debemos recordar que todos los comienzos son difíciles. Pero por otro lado el Corán afirma claramente que a cada sufrimiento corresponden dos consuelos.
¿Acaso puede alguien, que no ha terminado la escuela primaria, estudiar la secundaria? Si lo hace, ¿tendrá la capacidad de aprender lo que le enseñan y alcanzar el éxito en este nivel educativo? Y los que no terminan la secundaria, ¿acaso están listos para la preparatoria y luego para la Universidad?
La Ley Sagrada es la escuela primaria. El Camino Místico es la secundaria. La Realidad puede compararse con la preparatoria y el Conocimiento Interno es como la Universidad.
Si los cimientos y los muros de un edificio no son firmes, el techo no se sostendrá en su lugar. Es imposible vivir en una casa sin techo. Así pues, podemos comparar la Ley Sagrada con los cimientos de una casa; el Camino Místico con las paredes; la Realidad con el techo; y el Conocimiento Interno consiste en la habitabilidad de la casa. Sin la combinación de estos cuatro elementos no se puede decir que exista la casa.
¿Podemos alcanzar la verdadera fe sin
cortar las amarras de una creencia imperfecta? ¿Podemos llegar al Paraíso sin
cruzar el estrecho puente? En otras palabras, la incredulidad debe salir del
corazón, para que la fe pueda entrar en él.
Para convertirse en monoteísta una persona debe dejar de pensar que hay otras deidades además del Dios Único.”
Para convertirse en monoteísta una persona debe dejar de pensar que hay otras deidades además del Dios Único.”
Fragmento de “Develacion del Amor”,
Sheikh Muzafer Ozak ( ksf)
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