jueves, 17 de agosto de 2017

El sheikh tiene las llaves de un tesoro


Los buscadores espirituales son en general gente que ha aprendido a cuestionarse la realidad convencional. La mayoría de los buscadores espirituales han experimentado una pérdida de la "fe ciega" y han buscado respuestas a preguntas legítimas. Nuestra cultura post-moderna también ha sufrido una pérdida de fe, el resultado del cual puede ser caracterizado como un cinismo dominante. 

El condicionamiento convencional y ortodoxo del mundo post-moderno de un profundo cinismo, dudas, y la inhabilidad para acercarse a la verdad inocentemente. Mientras que uno debe mirar de forma bastante crítica a cualquier camino espiritual o maestro antes de comprometerse, uno no debe permitir que el cinismo dominante y la rebelión de nuestros tiempos eviten que uno vea lo que la humildad y la confianza puede ofrecer.

Una vez que uno ha decidido jugar el juego maestro de la auto-transformación, uno debe hacerlo de todo corazón. 
En mi propio caso llevó bastante tiempo para que comprendiera el valor de cultivar una relación con un maestro. Aunque no me di cuenta en ese momento, era un producto típico de mi propia cultura, una cultura que tiene una desconfianza y una falta de respeto fundamental por el liderazgo y la autoridad. Quizás era muy rebelde y crítico. Ahora puedo reveer mis propias relaciones con mis maestros con algo de remordimiento por las decepciones y dolor que les causé a través de mi insensibilidad y falta de conciencia. Es fácil olvidar que el sheikh es un siervo más que un maestro. 

El sheikh tiene las llaves de un tesoro que el buscador no puede realmente comprender. Él puede ser capaz de abrir el tesoro dentro del corazón del derviche, pero ¿cuán probable es que él pueda hacer esto por alguien que es tibio, desagradecido, o lleno de resistencia, que le falta humildad o respeto? La intención del derviche siempre debería ser permitir que un amor sincero por el sheikh crezca y se profundice. A veces el respeto exterior es lo mejor que puede ser ofrecido, pero debemos darnos cuenta que podemos engañarnos a nosotros mismos más fácilmente de lo que podemos engañar a otros y especialmente a nuestro sheikh. 

Lo que se requiere en esta relación es una conexión de amor, rabita, que permite que todo lo que uno tenga pase al otro. Cuando hay amor verdadero entre un sheikh y un derviche, el derviche entra en resonancia con la sabiduría y la luz del sheikh, y el sheikh lleva algo de la carga del derviche. El sheikh debe ser lo suficientemente fuerte para hacer esto y sólo es posible con la ayuda de Dios y el linaje, especialmente el Pir, el Completo Ser Humano del cual deriva la baraka o gracia de la orden sufí particular. 

Para que esta conexión individual trabaja a su más alto potencial, el aspirante necesita cultivar una conexión espiritual con el sheikh. El sheikh es un "transformador inalámbrico" conectado a la fuente principal del Pir

En la versión del libro de la historia del sheikh y el derviche, el derviche se ve envuelto en un período de experiencias supervisadas muy de cerca bajo los ojos vigilantes del sheikh. Mientras que sería fantástico tener tal sheikh en la vida de uno para que escuche los problemas personales y responda a las preguntas propias, tal situación es rara. 
Es común que un sheikh sufi tenga una familia y una profesión, y que raramente, tenga tiempo para dar tal atención personal a mucha gente. A menos que uno de alguna forma comparta su misión, trabaje a su lado, o haya alcanzado un alto grado de entrega y pueda dar todo su tiempo al servicio del sheikh, la relación de uno será más a través de ir a las reuniones regulares y mantener la conexión del corazón activa en otros momentos. 

Dada la rareza de sheiks verdaderos, especialmente en el mundo occidental, uno debería estar agradecido si uno ha encontrado una conexión incluso a distancia con un linaje sufi efectivo. En verdad, la conexión del derviche está más allá de la matriz tangible de tiempo y espacio, incluso de la mente consciente.

Como dice Yunus Emre: 
"Desde que la mirada del maduro cayó sobre mí, nada ha sido un problema."

Extraído de El Corazón. Un camino sufi de transformación. (The Knowing Heart, A Sufi Path of Transformation)

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