En Árabe, la palabra ser humano (إنسان) esta vinculada con la palabra نسى (olvidarse). Entonces nosotros, como seres humanos, olvidamos. No somos ángeles ni tampoco somos profetas, somos gente que se olvida. Por esta razón, hemos sido agraciados con el dhikr, con la remembranza.
Recordar a Dios a lo largo de la vida cotidiana es mucho más valioso que hacer una demostración de recuerdo periódicamente. Dhikr no es una ceremonia. Es el objeto mismo de la vida. La persona que recuerda a Dios encuentra felicidad; la persona que olvida sólo encuentra desolación. El olvido convierte el corazón en piedra.
"Recuérdame y yo te recordaré" (Corán 2:152)
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