Bismillah
Tú, criatura de Dios, fuiste creada del polvo, por lo tanto, sé humilde como el polvo. No seas codicioso, opresor ni terco.
Procedes del polvo; no seas como el fuego. Cuando el terrible fuego enarboló su cabeza con orgullo, el polvo se postró en humildad.
Y como el fuego era arrogante y el polvo dócil, del primero se formaron los demonios y del último el género humano.
-Saadi de Shiraz
Fuente: El Bustan
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