Sométete a Su
Decreto, a Su Destino, a Sus Ordenes, a Sus prohibiciones; Vacía de voluntad tu
corazón, tu lengua, tus manos, tus piernas, camina sin preguntas, sin porques,
sin argumentos y sin contradicciones, pero con tu confirmación y consentimiento.
Si puedes ser
así, seguramente te podrás arrepentirte ante El y lograrás Su Proximidad.
Podrás correrte de todas las cosas creadas y te podrás separar y cortar todo
aquello temporal que te ata.
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