lunes, 16 de julio de 2012

Hacer y Ser



La suprema ilusión del hombre es que él puede hacer.
Toda la gente pregunta que puede hacer, ¿como hacer? Piensa que puede hacer, toda la gente quiere hacer, y su primera pregunta se refiere siempre a qué puede hacer.
Pero, a decir verdad, nadie puede hacer nada y nadie hace nada.
Es lo primero que hay que comprender: Todo sucede.

Todo lo que ocurre en la vida de un hombre, todo lo que se hace a través de él, todo esto sucede. Sucede exactamente de la misma forma que cae la lluvia por el cambio en las temperaturas atmosféricas. Sucede como la nieve se derrite bajo los rayos del sol, como el polvo se levanta cuando el viento sopla.

Por si mismo un hombre no puede producir ni un pensamiento, ni una sola acción. El hombre no puede descubrir ni crear nada, todo esto sucede.

Para establecer interiormente este hecho, para comprenderlo, para convencerse de esta verdad, es necesario liberarse de miles de ilusiones sobre si mismo.
El hombre nace, vive, muere, construye casas, escribe libros, no como él lo quiere, sino como esto sucede. Todo sucede. El hombre no ama, no odia, no desea: todo esto sucede.

Esta cuestión de hacer, hace surgir además otra cuestión.
A la gente le parece siempre que los otros nunca hacen nada como debe ser, que los demás hacen todo al revés.
Invariablemente cada uno piensa que él podría hacerlo mejor.
Nadie comprende ni siente la necesidad de comprender que todo lo que ya ha sido hecho, de cierta manera, no pudo haber sido hecho de otra manera…

Para hacer hay que ser…
Para hacer, verdaderamente, antes hay que ser.
Y, ante todo, hay que comprender lo que esto significa, "ser.”
Gurdjieff


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