Está la esencia
de Dios y están sus atributos. La esencia es incomprensible para nosotros.
Podemos empezar por entender los atributos. De hecho, parte de la educación
sufí es comprender esos atributos dentro de uno mismo.
Allah ha dicho:
“Mis siervos me encontrarán en la forma en que me vean”. Esto no quiere decir
que cuando piensas en Dios como un árbol o una montaña Dios será ese árbol o
esa montaña. Pero si piensas en Dios como misericordioso o lleno de amor,
o como colérico y vengativo, así es como Le encontrarás.
En el Sufismo es lícito hablar de todos
los atributos de Dios.
Finalmente, el sufí llega a al estado de
sumisión y entonces deja de hacer preguntas.
Hay electricidad
en todas las partes, pero si solamente tienes tres bombillas, todo lo que verás
son esas tres bombillas. Tienes que ser consciente de ti mismo. Este es el
principio y la vía. Solamente a través del conocimiento de ti mismo, entenderás
ciertos atributos.
La conexión con
los atributos se logra a través del conocimiento de uno mismo. Exteriormente no
encontrarás nada.
Toda la creación
es la manifestación de Dios. Pero, al igual que ciertas partes de la tierra reciben
más luz que otras, a algunas personas les es dada más luz. Los profetas han
recibido el máximo de luz Divina. Además de la cantidad, está la calidad. Está
la cuestión de qué atributos se manifiestan. Ciertas personas son
manifestaciones de diferentes atributos Divinos. Los profetas manifiestan todos
los atributos Divinos. La luna refleja la luz del sol. El sol es la verdad. La
luna es cada uno de todos los profetas.
"El Amor
es el Vino" - Sheikh Muzaffer Ozak Al-Yerrahi Al-Halveti
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