domingo, 3 de abril de 2016

La mano que mueve la pluma



Los medios son todos como la pluma en manos del poder de Dios. 
Dios es quien guía la pluma y escribe. Mientras El no quiere, la pluma no se mueve. 

Ahora miras la pluma y no dices: “Tiene que haber una mano para esta pluma.” Ves la pluma y piensas en ella, pero no te acuerdas de la mano. 
Los santos, por su parte, siempre ven la mano; dicen que tiene que haber también una pluma, pero al ver la belleza de la mano, ya no se preocupa de la pluma y dicen que tal mano nunca puede carecer de pluma. Si no te preocupa la mano por la dulzura que experimentas contemplando la pluma, ¿cómo van ellos a preocuparse de la pluma si experimentan tanta dulzura mirando la mano?

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